FERMÍN ALEJANDRO GARCÍA, la jornada de oriente, 31/03/2011
Los problemas de Guillermo Almazán Smith no solamente se han concentrado entre los grupos que cuestionan el perfil ultraderechista de este servidor público, sino también se ha extendido a un conjunto de 50 instituciones de educación superior que han decidido no tener ninguna relación con el Instituto Poblano de la Juventud (IPJ) y no entregarle el control de miles de becas universitarias que el IPJ pretendía otorgar entre estudiantes de clases populares.
La ley obliga a las universidades privadas a otorgar becas para estudiantes de escasos recursos económicos en una proporción equivalente al 5 por ciento de su matricula, pero no establece que deba ser alguna institución gubernamental la que distribuya esos beneficios. Esa parte de la norma parece no saberla el director del IPJ, Guillermo Almazán Smith, ya que el funcionario ha exigido a las instituciones de educación superior que le entreguen el manejo de esos estipendios.
Hace unos días, un par de funcionarios del IPJ se entrevistaron con los coordinadores de la Asociación de Universidades e Instituciones de Educación Media Superior y Superior (AUIEMSS), que es la organización que agrupa a la mayor cantidad de centros educativos de este nivel y concentra la mayor matrícula en el estado –que supera los 30 mil alumnos– después de las universidades grandes como la Ibero, la UDLA y la UPAEP. Los enviados de Almazán Smith, sin buscar suscribir algún acuerdo, les comunicaron que el gobierno controlará y decidirá a quién entregar las becas que deberán otorgar para el ciclo escolar que inicia en el segundo semestre de este año.
Los coordinadores de la AUIEMSS creyeron que se traba solamente de un mal entendido y buscaron dialogar con Almazán Smith, a quien le solicitaron un par de audiencias, mismas a la que nunca dio respuesta.
La primera petición la hizo uno de los coordinadores de la AUIESMSS. Al no obtener respuesta, se hizo una solicitud colegiada, suscrita por los rectores de las 50 universidades involucradas, y al final privó el mismo trato, no hubo la más mínima contestación.
Ante la negativa del director del IPJ de dialogar, los coordinadores de la AUIEMSS han decidido no tener ninguna relación con Almazán Smith y en acatamiento a la ley, otorgar 5 por ciento de las becas, pero será cada universidad elegirá a los beneficiarios.
Entre las instituciones que han tomado está decisión, se encuentra el Instituto de Ciencias Jurídicas, la Escuela Libre de Psicología, el Instituto Universitario Puebla, la Universidad Benito Juárez, la Escuela de Turismo Roberto Cañedo, la Escuela Superior de Medicina Veterinaria y Zootecnia, por citar algunos centros de educación superior, los cuales son altamente buscados por los estudiantes de clases medias y populares, pero sobre todo aquellos alumnos que no pueden ingresar a la UAP.
Durante el sexenio de Mario Marín Torres, el IPJ –junto con la SEP y el ayuntamiento de Puebla– entregó miles de becas provenientes de universidades privadas, entre ellas las que están afiliadas a la AUIEMSS, y esa situación, no fue porque los dueños o rectores de dichas instituciones educativas tuvieran alguna simpatía con el PRI.
A lo largo de tres años, Gerardo Mejía, que era uno de los principales operadores de Javier López Zavala, cuando éste era secretario de Gobernación, visitó a los propietarios o directivos de cada universidad privada, no solamente los de la AUIESMSS, para solicitarles que permitieran al gobierno participar de la entrega de las becas. Y quienes aceptaron, firmaron acuerdos para acordar las reglas.
Eso que hizo Gerardo Mejía en el sexenio pasado ahora lo tenía que hacer Guillermo Almazán Smith, o cualquier otro enviado de la SEP o en general del gobierno del estado. Dicho de otra manera, tenían que dialogar y persuadir a los titulares de las universidades, quienes hasta ahora, han buscado mantener una relación cercana al titular de la SEP, Luis Maldonado Venegas.
La designación de Guillermo Almazán Smith en el IPJ fue una posición que el gobierno de Rafael Moreno Valle otorgó al sector más conservador del PAN. Y es hasta ahora este político, junto con el titular de la Secretaría de Seguridad Pública, Ardelio Vargas Fosado, quienes están provocando mayores dolores de cabeza dentro del Poder Ejecutivo.
La soberbia e indiferencia, por no decir la actitud grosera y autoritaria, que asumió Guillermo Almazán Smith con los coordinadores de AUIESMSS está dañando severamente la buena relación que estos actores –que son de mucho peso social– habían venido construyendo con Luis Maldonado.
Y la actitud de Guillermo Almazán Smith de creer que la homosexualidad es una enfermedad y que la población gay puede ser rehabilitada seguramente está afectando de manera negativa la relación entre el gobierno de Rafael Moreno Valle y los sectores de la población que creyeron que con la derrota del PRI en los pasados comicios el estado de Puebla arribaría a mejores condiciones en el terreno de los derechos humanos.
Frente a estas circunstancias es necesario preguntarse:
¿El comportamiento de Guillermo Almazán Smith es bien visto en el gobierno del estado?
¿Obedece a la actitud que la administración de Moreno Valle quiere mostrar frente a la sociedad y los sectores de la población que no comulgan con el PAN?
¿La presencia de Guillermo Almazán en el gobierno del estado es un indicio de que en este sexenio la ultraderecha buscará imponer su moral y prejuicios usando el aparato del Poder Ejecutivo?
¿Qué sigue con la presencia de personajes como el director del IPJ?
¿Acabara siendo delito en Puebla ser gay, de izquierda, ser periodista crítico, académico liberal, madre soltera o ateo?
Para allá vamos.
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